dimecres, d’abril 11, 2007

Banca en España en el siglo XIX


Una de las reformas básicas del Estado liberal en España es el control de la banca. Para ello hay un proceso de centralización del capital contante y de reforma de la moneda.


El primer banco nacional es el Banco de San Carlos, que funciona entre 1782 y 1820 y fue creado, fundamentalmente, para conceder préstamos a la corona.


En 1820 los liberales crean un nuevo banco: el Banco de San Fernando.

Esta institución tiene capacidad para emitir billetes de banco que sólo sirven en Madrid.

De este banco se sirve Mon para recaudar los impuestos y para controlar la tesorería del gobierno. Además, servirá para financiar la actividad industrial y el ferrocarril.


Pero no sólo en Madrid se crean bancos con capacidad emisora de billetes válidos en su ciudad. En 1845 se funda el Banco de Barcelona y a partir de 1855 se instituyen bancos en Bilbao, Santander, Málaga, etc.


En 1831 comienza a funcionar la Bolsa de Madrid, que tratará de financiar las nuevas empresas españolas a través del ahorro privado.


En 1844 se crea el Banco de Isabel II que tendrá una capacidad emisora de billetes mayor que el Banco de San Fernando. Además, el Banco de Isabel II tiene la prioridad para abrir sucursales en otras capitales de provincia. En 1846 abre una sucursal en Cádiz.


Esta tendencia implica que los billetes de banco comienzan a servir en varias ciudades. Pero la competencia entre los dos grandes bancos madrileños crea deflación, y para frenarla se hace necesario fusionar los dos bancos. En 1848 se funda el Nuevo Banco de San Fernando con monopolio de emisión de billetes de banco en Madrid.


En 1849 ese monopolio se extiende a toda España, excepto en las ciudades donde hay un banco emisor.
En 1852 Bravo Murillo crea la Caja General de Depósitos, con el objeto de centralizar las rentas privadas, sobre todo las pequeñas. La desamortización civil, de Madoz, se gestionó a través de los bancos, con lo que tuvieron una época de bonanza. La creación de cajas no supuso freno a la iniciativa privada, y se abrirán bancos privados en muchas ciudades de España.


En 1856 se crea un banco único en Madrid que será el Banco de España. Esta institución tendrá prioridad para abrir sucursales en toda España, como las de Valencia, Alicante, etc., y será, también, emisor de billetes. Su labor principal será la financiación del ferrocarril y de la industria.
Pero en 1860 hay una crisis general de insolvencia en la banca, y se producen numerosas quiebras. Muchos billetes de banco pierden su valor.


En 1874 se concede el monopolio de emisión de billetes al Banco de España, con lo que se unifica la moneda y se extiende su validez a todo el país. Previamente, en 1868 se crea la nueva moneda oficial, la peseta de 100 céntimos, con validez en todo el territorio nacional. La peseta será la moneda oficial de España hasta el 1 de enero de 1999, en que es sustituida por el euro.


Pero la estabilidad financiera el muy frágil y está a merced de la cotización internacional del oro y de la plata. Para evitar que los particulares hagan efectivo sus billetes de banco en oro, en 1883 se suspende la convertibilidad de los billetes en oro. A partir de ahora los billetes de banco tienen el valor que depositan en ellos la confianza en la buena marcha de la economía.