La industria química se desarrolla, principalmente, gracias al sector agrícola, a las papeleras, a la industria del jabón y a la industria textil.
Sus productos, durante la mayor parte del siglo XIX, serán manufacturas protegidas, por lo que habrá una política de sustitución de las importaciones por el consumo de artículos nacionales, lo que favorece la instalación de industrias químicas en el país.
Sin embargo, esta actividad tiene una gran dependencia exterior, ya que las patentes son extranjeras; y los capitales, en gran medida, también; patentes de Cros, Solvay o Nobel.
En 1872 se constituye la Sociedad Española de Dinamita en Bilbao con patente de Nobel.
En 1899, en Gerona, se instala la fábrica de cementos La Esperanza con el sistema de fabricación pórtland.
También en esta época se desarrolla la industria eléctrica. La electricidad se obtiene de la hulla, en pequeñas centrales que satisfacen una demanda local cercana. Aún no está desarrollada la tecnología que permite transportar la electricidad a grandes distancias, esto se conseguirá en el siglo XX