dissabte, d’agost 28, 2010

La Constitucion de la Habana , 1928

Joaquin Roy. El Nuevo Herald, agosto 29 de 2003.

Barcelona -- Entre el 15 de agosto y el 2 de octubre de 1928, hace 75 años, Francesc Macià, quien luego sería presidente de Cataluña, fue testigo ilustre en la ciudad de La Habana de la preparación y celebración de una asamblea del exilio y la emigración catalana en Cuba, que aprobó la llamada "Constitución de La Habana''.

Se trata de un documento singular del constitucionalismo catalán, el único no diseñado y aprobado en Cataluña u otorgado por el poder central, antecedente del estatuto autonomista actual. En rigor, este documento fue redactado casi en su totalidad de su espíritu y contenido por Josep Conangla i Fontanilles, nacido en Montblanc, varias veces presidente del Centre Catalá habanero. Periodista destacado, había arribado por primera vez a Cuba como recluta en la desastrosa guerra de 1895 a 1898, y luego de su repatriación resolvió regresar para siempre a su tierra de adopción. Conangla insistía en que Catalunya no tenía nada en común con el estado español, al que calificaba como artificioso, y recordaba las diversas intentonas de independencia y la necesidad de que fuera una labor de todas las clases sociales.
En los 36 títulos, divididos en 302 artículos, del proyecto constitucional destacaban algunos aspectos que merecen especial atención. Se reconocían los criterios ''liberales'' y democráticos de Cataluña, y se advertía que ''las clases económicas altas'' no habían servido convenientemente al catalanismo. Al mismo tiempo, se hacía un llamado al ''proletariado'' para que no desconfiara de las consignas independentistas, porque con la independencia se liberarán de las cargas anteriormente impuestas por el sistema económico y político.

En la estructuración del territorio se revitalizarían las comarcas, se suprimían las provincias, y una vez conseguida la efectiva independencia, Cataluña podría establecer fórmulas confederales con otras ''regiones españolas'', de habla catalana o no, y además este potencial se hacía extensivo especialmente a Portugal.

El voto sería directo, universal y secreto para la elección de los cargos parlamentarios y municipales. Las condiciones para ser elector o elegible incluirían la mayoría de edad y el saber hablar y escribir en catalán. El Parlamento catalán (en el que habría una representación especial de la emigración) tendría una sola cámara, pues se consideraba que el Senado era una institución inútil y comprometida con el sistema monárquico absolutista. Pero el método electivo para seleccionar al jefe de estado por medio de sistema indirecto, votado por una Asamblea de Compromisarios, electos por los Consejos Comarcales. Este sistema también se aplicaría a la elección del presidente del Tribunal Supremo.

El trabajo (por profesión u oficio) sería una obligación incluso para los rentistas. La actividad económica estaría fomentada por la actuación de asociaciones profesionales, siguiendo los modelos inglés y austríaco. Se prohibiría explícitamente la mendicidad y la vagancia. La jornada laboral sería de ocho horas con asueto sabatino ''a la inglesa''. El trabajo estaría prohibido a los menores de 16 años, y el nocturno no permitido para las mujeres y los menores de 18.

La enseñanza estaría dividida entre la primaria (obligatoria y gratuita) y la secundaria, la superior y la técnica (de organización libre, pero bajo la regulación del estado). Se desterraría la enseñanza tradicional de tipo pasivo y memorístico.
Aparte del catalán obligatorio, se impartirían cursos de castellano (también obligatorio) y dos idiomas optativos,
uno de ellos obligatorio.

En cuanto a la relación entre el poder civil y el eclesiástico se establecería una separación total entre la Iglesia y el estado, aunque se reconocía la enraizada tradición católica de la mayoría de los catalanes. Algunas costumbres que se consideraban bárbaras o identificadas con un españolismo indeseable, como el boxeo o las corridas de toros, serían prohibidas.

Una vez finalizadas las febriles jornadas de la visita de Macià, las actividades de los catalanes independentistas en Cuba se mantuvieron expectantes de los cambios políticos en Cataluña y en España.
Las risueñas perspectivas de las reuniones independentistas de La Habana recibieron nuevo ímpetu cuando la monarquía española iba cayendo por su propio peso, primero con el abandono de Primo de Rivera y después con la abdicación de Alfonso XIII en abril de 1931.
Sin embargo, el espectacular entusiasmo de la simultánea declaración de las repúblicas española en Madrid y la catalana en Barcelona, se vio defraudado, sobre todo en La Habana, por la evolución posterior de la política de Macià.
Conangla reflejó luego esta preocupación en una serie de publicaciones posteriores en las que se dejaba traslucir su desánimo. Trataba de explicar a los cubanos que el separatismo catalán nunca había sentido odio hacia los demás pueblos hispánicos, sino que simplemente había tratado de sublimar unas ansias de libertad que también habían estado suprimidas en el resto de España. Conangla creía que durante la guerra civil los líderes catalanes habían actuado con cierta pusilanimidad y que Madrid no habría estado entonces en condiciones de oponerse a una decidida política independentista catalana.
Ciertamente duro con Macià, consideraba que no había actuado de acuerdo con las posibilidades de futuro, ya que el gobierno central nunca había conseguido dar plenas satisfacciones a los catalanes por el ''método de la concesión'', como así se calificaba el estatuto con el que se diluyó la independencia.
El resto es historia. La lectura del espíritu y la letra de aquella constitución es un fructífero ejercicio en las circunstancias de hoy, cuando Cataluña se siente insatisfecha con las limitaciones de la autonomía y el gobierno vasco amenaza con una solución más radical. Mientras, Madrid responde con el inmovilismo. El tema dominará las elecciones para el gobierno autónomo de Cataluña, previstas para noviembre.

dimecres, de juliol 28, 2010

El catalanisme a BUXAWEB




El desvetllament d'una consciència nacional catalana s'inicià amb la Renaixença, moviment que cal situar en el context europeu de la difusió del Romanticisme i de la irrupció dels nacionalismes.Primerament va desenvolupar-se un catalanisme de tipus cultural, sense cap més ambició que recuperar la llengua, la història i les tradicions catalanes, impulsat pel moviment de la Renaixença literària, que va reivindicar el català literari (arcaic) i que tindrà en els Jocs Florals el principal exponent. En la formació d'aquest catalanisme cultural, cal destacar l'aportació de la cultura popular, afavorida per la continuïtat de l'ús popular del català parlat, amb diverses manifestacions tant pròpiament culturals (cant coral, teatre, premsa, etc.), com reivindicatives (manifestacions anticentralistes), representades per federalistes i carlins.Del federalisme va sorgir el regionalisme de Valentí Almirall, autor de la primera formulació teòrica del catalanisme polític, amb l'obra "Lo Catalanisme"(1886).
Aquesta cultura nacional, renovada i difosa pel Modernisme a la fi del segle XIX, va servir de base al catalanisme polític, que no es consolidarà fins al primer terç del segle XX.
Dins el catalanisme polític cal destacar dues grans posicions ideològiques: un catalanisme conservador, de base burgesa, que lluitarà per aconseguir autonomia política, però que també col.laborarà puntualment amb el govern central espanyol, i un catalanisme d'esquerres, progressista, de base popular, que arribarà a formular plantejaments independentistes.
El catalanisme conservador, impulsat per la burgesia, va redactar el primer Projecte d'Estatut d'autonomia, conegut com les Bases de Manresa (1892) i, més tard, va formar el primer partit polític catalanista, la Lliga Regionalista (1901), amb els nous plantejaments nacionalistes d'Enric Prat de la Riba, recollits en la seva obra "la nacionalitat catalana" (1906). La Lliga Regionalista, el partit hegemònic a Catalunya fins el 1923, va impulsar i controlar la Mancomunitat de Catalunya (1914-1925), fins que desaparegué amb la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930).
El catalanisme d'esquerres no es va estructurar fins al començament del segle XX i es va caracteritzar per la manca de cohesió, per l'enfrontament amb la Lliga Regionalista i per l'adopció de plantejaments independentistes amb el partit Estat Català (1922) de Francesc Macià, que més endavant derivà en Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) (1931), el partit que va aconseguir l'hegemonia política catalana després de la Dictadura de Primo de Rivera.

La Restauracion en internet : Historia siglo 20

El sistema canovista. La Constitución de 1876 y el turno de partidos. La oposición al sistema. Regionalismo y nacionalismo
El sistema canovista. La Constitución de 1876 y el turno de partidos
La oposición al sistema
Regionalismo y nacionalismo
La liquidación del imperio colonial: Cuba y Filipinas. El 98 y sus repercusiones.
La liquidación del imperio colonial: Cuba y Filipinas
El 98 y sus repercusiones
Sociedad y mentalidad. La educación (1875-1902)

La Guerra Civil en internet : Historia siglo 20






La sublevación militar. El desarrollo de la guerra civil. Evolución política de las dos zonas durante la guerra civil.
La sublevación militar
El desarrollo de la guerra civil
Evolución política de las dos zonas durante la guerra civil
La dimensión internacional del conflicto. Las consecuencias de la guerra civil.
La dimensión internacional del conflicto
Las consecuencias de la guerra civil


dilluns, de maig 21, 2007

Cerdà i Sunyer, Ildefons

el Cerdà de la Garga, Centelles, Osona 1815 - Caldas de Besaya, Santander 1876

Enginyer, urbanista i polític.
Cursà els primers estudis de llatí i de filosofia al seminari de Vic, ciutat on s'havia traslladat la seva família, de tradició liberal, en produir-se l'alçament dels Malcontents el 1827.
Amplià estudis de matemàtiques i d'arquitectura a Barcelona, i el 1835 es traslladà a Madrid, on ingressà a l'escola d'enginyers de camins, i n'obtingué el títol el 1841.

S'allistà a la milícia nacional madrilenya i assolí el grau de tinent d'una companyia de granaders. Com a enginyer de l'estat fou destinat, successivament, a Terol, Tarragona, Girona i Barcelona, on s'establí el 1849.

Interessat en l'estudi de l'urbanisme, es relacionà amb els medis progressistes i revolucionaris de Barcelona, influïts per les doctrines del socialisme utòpic, especialment les de Cabet, i fou amic de Narcís Monturiol i de Ramon Martí i Alsina.
Centra els seus estudis sobre els problemes de reforma i eixample de la ciutat de Barcelona, de plena actualitat per causa de l'enderrocament de les muralles barcelonines, amb les possibilitats d'expansió urbana que això representava.

S'afilià al partit progressista i fou diputat a corts per Barcelona el 1850 i, durant el Bienni Progressista, comandant del batalló de sapadors de la milícia nacional i síndic de la ciutat de Barcelona (1854).
El 1855 acompanyà una delegació de treballadors barcelonins que anà a Madrid a discutir els problemes de l'associacionisme obrer. El 1859 aconseguí una ordre reial per la qual era aprovat el seu projecte de reforma de Barcelona, que motivà aspres polèmiques ciutadanes.

Per aquell temps començà a recollir els materials per al seu estudi, fonamental en la història de l'urbanisme, titulat Teoría general de la urbanización (1867).
La Revolució del 1868 el portà novament a la vida pública, i ingressà en el partit federal. Intervingué, com a vice-president de la diputació de Barcelona, en les discussions per a la proclamació de la República (1873) i en les de la proclamació de l'Estat Català, formant part de la diputació que presidí Ramon Arabia, amb ell i amb Francesc Sunyer i Capdevila de vice-presidents.

En 1873-74 fou elegit president de la diputació de Barcelona, càrrec del qual dimití amb el cop d'estat del general Pavía.
Amb la salut consentida i en una situació econòmica difícil, per tal com el govern li devia els honoraris, es traslladà al balneari de Caldas de Besaya, a Santander, on morí. L'any 1971, coincidint amb la reimpressió de la seva Teoría general de la urbanización i la publicació de la seva biografia, les seves despulles foren traslladades i enterrades al Cementiri Nou de Barcelona.

http://www.xtec.net/~jbuxader/historia/personatges/c.htm#Cerdà%20i%20Sunyer,%20Ildefons

Pineda, Mariana

Granada 1804 - 1831

Heroïna de la causa liberal.
La seva vida va estar marcada per la passió i la desgràcia.
D'idees liberals, fou denunciada durant el regnat de Ferran VII per estar bordant una bandera amb el lema "Ley, Libertad, Igualdad".
Un tribunal la va condemnar a mort i la sentència fou executada a Granada el 26 de maig de 1831.
Degut a aquest tràgic final, la seva figura es va convertir ràpidament en un símbol de la lluita contra la tirania.
García Lorca li va dedicar uns romanços populars i va portar al teatre la seva història.

Prieto Tuero, Indalecio

Oviedo 1883 - Mèxic 1962

Polític i periodista asturià. Milità sempre al Partido Socialista Obrero Español i en fou un dels líders de l'ala moderada.

Redactor, director i finalment propietari del diari "El Liberal", de Bilbao, ciutat per la qual fou diputat. Tingué intervencions notables a les corts (com la denúncia del pistolerisme dels sindicats grocs a Barcelona), s'oposà a la Dictadura i signà, a títol personal, el pacte de Sant Sebastià. Ministre d'hisenda i d'obres públiques amb Azaña (1931-33), un cop proclamada la Segona República, estabilitzà la pesseta i impulsà les obres hidràuliques i la modernització dels transports.

Exiliat arran dels fets d'octubre del 1934, tornà a Espanya en triomfar el Front Popular (febrer del 1936).
El president Azaña li oferí la presidència del consell de ministres, però no pogué formar govern perquè la majoria del seu partit seguia les directrius esquerranes i revolucionàries de Largo Caballero.
Durant la guerra civil fou ministre de marina i aire (agost del 1936-maig del 1937) amb Largo Caballero i de defensa nacional amb Juan Negrín (maig del 1937-març del 1938).

Titllat de pessimista, però en realitat perquè no acceptava les directrius comunistes, fou obligat a dimitir.
Exiliat a Mèxic, hi dirigí la JARE. Periodista excel·lent i d'una gran força polèmica, és autor de Cómo y por qué salí del ministerio de la Defensa nacional (1940), Palabras al viento, Convulsiones de España, De mi vida.

http://www.xtec.net/~jbuxader/historia/personatges/p.htm#Prieto,%20Indalecio

Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, José Antonio

Madrid 1903 - Alacant 1936

Polític castellà. Fill de Miguel Primo de Rivera, es llicencià en dret (1925) i en caure la Dictadura (1930) ingressà a la Unión Monárquica, des de la qual defensà l'actuació del seu pare.

Candidat dretà a les eleccions del 1931, hi fou derrotat.

Antiliberal i antimarxista, abraçà un nacionalisme tradicionalista i totalitari, influït pel feixisme italià.

Col·laborà en la revista "El Fascio". El 1933 fou elegit diputat i fundà l'agrupació política Falange Española, que es fusionà amb les JONS (1934).
Aviat cap únic del partit, fou derrotat a les eleccions del febrer del 1936.
Encarcerat el mes següent arran dels fets de violència del moment i traslladat a la presó d'Alacant, sostingué l'alçament del 18 de juliol.
Condemnat a mort, fou afusellat.
http://www.xtec.net/~jbuxader/historia/personatges/p.htm#Primo%20de%20Rivera,%20José%20Antonio

Pujol i Soley, Jordi

Barcelona 1930 Polític.

Es llicencià en medicina a Barcelona i milità en el moviment universitari, pròxim a la clandestina Federació Nacional d'Estudiants de Catalunya.
Dirigent de la confraria de la Mare de Déu de Montserrat de Virtèlia, entrà al Grup Torras i Bages i fou un dels fundadors i capdavanter del grup parapolític CC (Catòlics Catalans) (1954).

El 1960, després dels fets del Palau, fou detingut i torturat. Acusat d'ésser el cervell de la campanya popular contra Luis de Galinsoga, director de "La Vanguardia", que havia insultat els catalans, i d'haver escrit un full imprès contra el general Franco, fou condemnat a set anys per un tribunal militar. En passà dos i mig a la presó de Saragossa i un de confinat a Girona.
La seva condemna desencadenà una àmplia campanya, dins i fora del país, i el seu nom fou exhibit com un símbol.

Tornà a la política amb el lema de "fer país", i aconseguí arreu l'adhesió de persones i de grups. Conseller-delegat dels laboratoris farmacològics Martí Cuatrecasas, fundà Banca Catalana (1962), de la qual fou nomenat conseller delegat i vice-president executiu.
Dirigí la campanya per exigir el nomenament de bisbes catalans (1966). Fou el principal accionista d'"El Correo Catalán" (1970-77) i de "Destino" (1975-78), publicacions a les quals donà un accent catalanista. Ultra diversos mecenatges privats, creà l'Editorial Lavínia.

Abandonà les activitats i els càrrecs empresarials i fundà Convergència Democràtica de Catalunya, de la qual és el líder indiscutible; n'ocupà la secretaria general del 1976 al 1989, any que en fou elegit president.

Diputat a les Corts Espanyoles (1977 i 1979), hi encapçalà la "minoria catalana" i, en 1977-80, fou conseller polític de la Generalitat provisional. El 1980 encapçalà les llistes de Convergència i Unió al Parlament de Catalunya, el qual l'elegí president de la Generalitat. Fou reelegit per majoria absoluta el 1984, el 1988 i el 1992, i amb majoria relativa el 1995 i el 1999, legislatures en les quals presidí un govern en minoria.

Des d'aquest càrrec ha desenvolupat una política de recuperació de les institucions catalanes i de consolidació de l'autogovern català en el marc de l'estat espanyol, posició que sovint li ha valgut confrontacions amb els governs de Madrid.
El 1993 fou el principal artífex, personalment i a través dels diputats de CiU a les Corts Espanyoles, del pacte de legislatura que donà estabilitat al govern minoritari del PSOE, amb el qual obtingué un avanç substancial de l'autogovern català, i també de les pròpies propostes en els aspectes econòmic i autonòmic per al conjunt de l'estat.

Aquest suport, que es repetí el 1996 amb el govern minoritari del Partit Popular, no estigué exempt de tensions en les qüestions més de fons referides al reconeixement de Catalunya i a la concepció d'Espanya. El 1984 fou implicat en la querella judicial contra els directius de Banca Catalana (1982); el ple de l'audiència territorial de Barcelona, que actuà en funcions de tribunal superior de justícia de Catalunya, decidí el 1986 desestimar la petició del seu processament. Un capítol molt important de la seva actuació ha estat la projecció exterior de Catalunya en un sentit accentuadament europeista.

En l'àmbit institucional de la Unió Europea, aquesta política cristal·litzà el 1991 en la signatura de les bases per a la creació de l'Euroregió, formada pel Llenguadoc-Rosselló, el Migdia-Pirineus i Catalunya, i en l'elecció a la vice-presidència (1989-92) i a la presidència (1992-96) a l'Assemblea de les Regions d'Europa. Ha sintetitzat la seva visió política en els llibres Construir Catalunya (1955) —text que circulà clandestinament—, Una política per Catalunya (1976), La immigració, problema i esperança de Catalunya (1976) i Des dels turons a l'altra banda del riu (1979). Posteriorment ha publicat reculls de discursos i conferències, entre els quals Tot compromís comporta risc (1997) i Passió per Catalunya (1999).

http://www.xtec.net/~jbuxader/historia/personatges/p.htm#Pujol%20i%20Soley,%20Jordi

Lerroux García, Alejandro

La Rambla, Andalusia 1864 - Madrid 1949

Polític republicà. Fill d'un veterinari de l'exèrcit, fou redactor i director, a Madrid, d'"El País", òrgan zorrillista, i després fundà i dirigí "El Progreso" (1897). Intentà una aproximació a certs sectors de l'exèrcit i alhora als obrers i acceptà de fer, des del seu periòdic, propaganda de la campanya revisionista del procés de Montjuïc.
Formà part de la candidatura comuna republicana de Barcelona —en representació dels progressistes— en les eleccions per a diputats a corts del 1901. Sorprenentment, aconseguí de guanyar i d'ésser reelegit el 1903 i el 1905, gràcies, sobretot, a la seva demagògia obrerista i a la renovació que imposà al republicanisme tradicional.
Després d'intentar una Federació Revolucionària amb Blasco i Ibáñez i amb Soriano, de València (1902-03), no dubtà a participar en la reorganització de la Unió Republicana, el 1903, i pogué aglutinar la major part dels grups republicans barcelonins en 1903-05. Quan es produí el moviment de la Solidaritat Catalana, s'hi oposà violentament i encapçalà una reacció antisolidària espanyolista.

En especial als sectors catalanistes, fou acusat d'estar a sou del ministeri de la governació. I fou conegut, pel seu populisme, com l'Emperador del Paral·lel.

Hagué de deixar "La Publicidad", que havia estat el seu òrgan de premsa des del 1901, i fundà, a Barcelona, "El Progreso". Exacerbà la demagògia esquerrana i el revolucionarisme verbal i donà més bel·ligerància als Jóvenes Bárbaros, però, perjudicat per la repulsa a l'atemptat d'Hostafrancs contra Cambó (abril del 1907), en el qual hom implicà els lerrouxistes, fou derrotat en les eleccions del 1907.
Després d'ésser expulsat de l'assemblea d'Unió Republicana del juny del 1907 i de crear el Partit Republicà Radical (gener del 1908), s'exilià, arran d'un delicte de premsa, i anà a França i a l'Argentina (del febrer del 1908 al novembre del 1909).
Fou de nou elegit diputat pel desembre del 1908, però romangué a l'estranger, sense intervenir directament en els fets de la Setmana Tràgica, tot i que la participació del seu partit hi fos destacada. Posteriorment imposà un canvi gradual d'orientació política cap a la moderació i, bé que perdé gran part del suport obrer anterior, assolí per al seu partit una certa extensió arreu de l'estat.
Tanmateix, fou repetidament reelegit diputat per Barcelona, en general per la minoria. Formà part de la junta directora creada pel pacte de Sant Gervasi (1914), i posteriorment assistí a l'Assemblea de Parlamentaris del 1917. Fou un dels signants del pacte de Sant Sebastià, el 1930, i dins la Segona República fou ministre d'estat (abril-desembre del 1931). Volgué adoptar una posició de centredreta, especialment després del triomf electoral de la CEDA (novembre del 1933).

Presidí, entre el setembre del 1933 i el setembre del 1935, diferents governs, i en incorporar la CEDA al poder hagué de fer cara a la insurrecció de l'octubre del 1934.

Ministre d'estat en el govern de Chapaprieta (setembre-octubre del 1935), hagué de dimitir en ésser implicat en els escàndols de l'estraperlo i de Tayà. El seu partit resultà estrepitosament vençut pel febrer del 1936, i ell no pogué obtenir cap acta. S'exilià a Portugal fins el 1947, des d'on acceptà el fet del Movimiento. És autor de les obres Al servicio de la República (1930), La pequeña historia (1945) i Mis memorias (1963).

http://www.xtec.net/~jbuxader/historia/personatges/l.htm#Lerroux,%20Alejandro

Liberalisme

Doctrina i sistema que defensen la llibertat política i econòmica com a dret per a tots els homes.

Al segle XIX els partidaris del liberalisme polític es basaren en unes formes democràtiques de govern: creació de parlaments, dret al vot, igualtat davant la llei, llibertat de premsa, d'associació, de creences, etc.
Doctrina política sorgida de la Revolució Francesa i difosa ràpidament per tot Europa durant la primera meitat del segle XIX, que defensa la llibertat individual, el règim constitucional, la divisió de poders, la sobirania nacional, la participació ciutadana en l'activitat política i la llibertat econòmica.

Durant la primera meitat del segle XIX, el liberalisme s'escindí en dues branques: el liberalisme moderat o doctrinari (de signe burgès i estès durant les revolucions de 1830), defensor de la monarquia constitucional, el sufragi censatari, la sobirania nacional, la llibertat de premsa i la igualtat jurídica; i el liberalisme radical o democràtic (més popular i estès durant les revolucions de 1848), defensor de la república, el sufragi universal, la sobirania popular, la premsa independent i la justícia social.

D'aquesta darrera línia de pensament liberal sorgirien, més endavant, els partits democràtics.El liberalisme parteix del reconeixement de la llibertat com a dret per a tots els homes. Però el sentit precís del terme canvia segons el terreny específic al qual es refereix (polític, econòmic, religiós, etc) i s'ha modificat considerablement al llarg del temps.

En les darreres etapes de l'antic règim hom pot considerar com a liberals -bé que el mot concret no aparegué fins al començament del s XIX, entorn de les corts de Cadis- els corrents ideològics de la Il·lustració i l'actuació d'aquells grups polítics que lluitaren contra la monarquia absoluta i els privilegis feudals.

En aquest estadi el liberalisme expressava les necessitats objectives d'amplis sectors de la societat i es presentava com un programa de combat comú, bé que fos sota el control i la direcció de la burgesia. Però un cop assolits els objectius immediats i instal·lada la burgesia en el poder, el liberalisme tendí a transformar-se en una fórmula que justificava la conservació del nou ordre establert i que, amb el pretext que significaven una amenaça per a la llibertat col·lectiva, combaté les reivindicacions d'aquells grups socials que, havent col·laborat en el combat contra l'antic règim, consideraren insuficients les llibertats obtingudes i volgueren dur més enllà la transformació de la societat.

El liberalisme aparegué aleshores consolidat en unes fórmules polítiques estrictes -govern parlamentari, dret al vot, igualtat davant la llei, llibertat de premsa, d'associació, de creences, etc- que configuraren unes formes democràtiques de govern i nodriren els programes d'uns partits que tenien solament unes diferències de matís, en funció de les quals adoptaren la denominació de conservadors, com a expressió de llur voluntat d'immobilisme, o bé continuaren reivindicant la de liberals i intentaren de canalitzar un afany de renovació, generalment molt limitat.

A les velles afirmacions de llibertat i d'igualtat, nascudes en el combat contra l'opressió i els privilegis de l'antic règim, s'afegí la del dret a la propietat (la trilogia de la Revolució Francesa es transmutà sovint en "llibertat, igualtat i propietat"), destinada a combatre les aspiracions més radicals dels camperols o del proletariat industrial.
Per regla general, l'aparició en l'espectre polític de nous partits més a l'esquerra -fora del camp del liberalisme burgès- tragué tot sentit a la divisió entre conservadors i liberals i acostumà a produir una polarització de forces entre els dos extrems dels conservadors i dels nous grups (treballistes, socialdemòcrates, etc), la qual cosa deixà els partits liberals tradicionals en una inútil posició de centre, que no significà cap alternativa real i que finí en un esllanguiment progressiu, a mesura que foren abandonats per llur vella clientela d'esquerra.
Així és com el liberalisme tradicional ha anat convertint-se en una actitud defensiva davant les reivindicacions obreres i davant els riscs d'un intervencionisme estatal, especialment davant el socialisme.

Quant al liberalisme econòmic, que comprenia clàssicament una combinació del laissez faire i el lliurecanvisme -bé que sovint aquests dos elements es presentaven en forma aïllada (i així pot haver-hi una política del laissez faire a escala nacional que propugna alhora un proteccionisme en el terreny de les relacions econòmiques internacionals)., no va necessàriament lligat al liberalisme polític; hom pot trobar, doncs, règims que proscriuen o falsegen la democràcia i que, per contra, es preocupen de conservar la llibertat d'actuació econòmica de l'empresari, sense control ni intervenció estatals.

En el context hispànic, els mots liberal i liberalisme nasqueren per a designar els partidaris d'un règim constitucional i els principis que aquests sustentaven, en contraposició als qui volien la perduració de l'absolutisme, qualificats com a servils.
Tot i que l'actuació dels diputats catalans a les corts de Cadis no els féu distingir en la defensa dels principis liberals (cosa que pot explicar-se per les relacions que mantenien amb els estaments dominants de l'antic règim, però també per la manca de plantejaments revolucionaris d'una burgesia que vivia en aliança amb la monarquia absoluta, que li reservava el mercat colonial), el liberalisme es difongué ràpidament als centres urbans, especialment a Barcelona, on el cònsol francès observava el 1814 que, llevat del poble baix, que estava fanatitzat pel clergat, "la resta de la gent només pensa en la constitució".

Les dificultats dels anys 1814-20 posaren en relleu la necessitat de liquidar l'antic règim, i dugueren la burgesia industrial catalana a actituds conseqüents d'oposició, en les quals fou secundada per amplis sectors populars. La burgesia estigué present en bona part dels intents revolucionaris que culminaren el 1820, com es pot advertir en el de Lacy, que tingué lloc a Catalunya el 1817, o en el de Vidal a València, on un membre de la rica família dels Beltran de Lis fou executat, el 1819, per la seva participació en aquest intent insurreccional frustrat. La revolució del 1820 significà l'inici d'una etapa nova i decisiva: la primera en què una política liberal començà a aplicar-se en la realitat.

El suport popular que obtingué el liberalisme augmentà considerablement, especialment a les zones urbanes i en aquelles comarques rurals en què s'havia produït majorment el pas cap a una agricultura comercialitzada. Però també en aquests anys començà a produir-se una escissió entre aquell sector dels liberals que volia unes transformacions revolucionàries (exaltats) i el que s'acontentava amb uns canvis formals en l'organització política, confiant que la resta es produiria com a conseqüència (moderats).
La divisió prosseguí en l'exili de 1823-33, mentre una bona part dels terratinents feudals de l'estat espanyol, adonant-se de la inviabilitat del vell règim, s'apropaven als liberals moderats per tal d'arribar a una aliança entre les que el marquès de Miraflores anomenava "classes propietàries", sobre la base d'un mínim de canvis polítics imposats des de dalt, i amb la contrapartida d'acceptar la metamorfosi de la propietat feudal de la noblesa (la de l'Església fou confiscada i venuda en la desamortització) en propietat burgesa.

L'establiment d'un règim constitucional es féu en un seguit de transicions, des de la mínima concessió que significava l'Estatut Reial fins a la Constitució del 1837, que acarnissà els enfrontaments entre els qui, des d'aleshores, s'anomenaren partit moderat i partit progressista.

Darrere els moderats hi havia l'aliança dels terratinents i la burgesia industrial, guarida de les seves vel·leïtats revolucionàries des del moment mateix que havia assolit allò que la interessava i refermada en actituds conservadores per la por al proletariat, que iniciava aquells anys les primeres reivindicacions col·lectives i posava els fonaments d'un sindicalisme que aparegué ple de força des del 1840.

Fins a la revolució del 1868 el poder estigué sobretot en mans del partit moderat (o d'un tercer partit intermedi, la Unión Liberal, que restava més a la vora d'aquest), amb curtes etapes de predomini progressista, que bastaren, però, per a demostrar les limitacions de la política que aquest darrer partit es proposava de fer i donaren lloc a una escissió que constituí el partit demòcrata, del qual s'escindiren, a llur torn, els grups republicans.

Bé que es distingien per concepcions molt diverses de l'abast que havien de tenir les llibertats que tots propugnaven formalment i que en els més avançats, especialment en els republicans, hi havia elements d'un populisme interclassista, hom pot considerar aquests partits com a fonamentalment burgesos, especialment pel que fa a llurs concepcions sobre la propietat. Les forces obreres naixents foren fins el 1868 aliades d'aquests grups, sobretot dels republicans, fins que arribaren a comprovar les discrepàncies fonamentals que els dividien i l'escassa transcendència que la implantació de la República havia de tenir per a la resolució de llurs problemes propis i específics.

Des del 1874, en el règim de la Restauració, el terme liberal passà a aplicar-se a qualsevol dels grups que volien un estat d'aparença parlamentària, que arribà a permetre's fins i tot el luxe del sufragi universal, però on el poder fou rígidament controlat per unes forces lligades a la gran burgesia, que vetllava pel dret a la seva llibertat, si calia a costa de la del proletariat rural i urbà. Els dos grans partits del sistema polític de la Restauració, que se succeïren pacíficament en el poder, prengueren tots dos la denominació de liberals, com a prova de les escasses diferències reals que existien entre ells, bé que en teoria el partit de Cánovas (liberal-conservador) representava una opció més moderada que el de Sagasta (liberal-fusionista), que havia intentat d'arreplegar les forces disperses dels grups que havien fet la revolució del 1868. Amb tot, per alguns sectors conservadors de la societat catalana la idea mateixa del liberalisme resultava inassimilable en el terreny polític o religiós.

Duran i Bas, lligat al partit de Cánovas, es negà a acceptar que el cercle de l'organització a Barcelona dugués el nom de liberal-conservador, com li pertocava, i només transigí amb la inversió dels dos adjectius, per posar en relleu la primacia del caràcter conservador del grup. Més a la dreta encara, des de posicions integristes, Sardà i Salvany denuncià el liberalisme com "un conjunt d'idees falses i de fets criminals, conseqüència pràctica d'aquestes idees" al seu famós llibre El liberalismo es pecado (1882).

Cal dir, però, que els dos grans partits de la Restauració tingueren escassa importància real en la vida política catalana. Des del començament del s XX, amb l'aparició de la Lliga com a opció pròpia de la burgesia catalana, es produí la ràpida desintegració dels vells equips i l'enfonsament dels cacics que els dirigien, definitivament bandejats després del triomf ressonant de la Solidaritat Catalana. No era sinó l'avenç del que s'havia d'esdevenir a escala hispànica, on els dos grans partits es desintegraren del 1914 al 1923.

El liberalisme a l'Espanya contemporània

Des d'aleshores l'adjectiu liberal, a l'estat espanyol, només fou emprat per alguna petita formació de centredreta dels anys trenta, com el Partido Liberal-Demócrata de Melquíades Álvarez, i el liberalisme parlamentari fou blasmat pel règim franquista com un dels culpables de la decadència d'Espanya.
A la resta d'Europa i del món, però, la ideologia liberal ha mantingut una considerable presència durant la segona meitat del s XX: partits d'aquesta filiació tenen un pes polític rellevant, des del govern o l'oposició, al Japó, el Canadà, Bèlgica, Luxemburg, la República Federal d'Alemanya, Suïssa, Itàlia, Dinamarca, els Països Baixos, Àustria, Finlàndia, Noruega, la Gran Bretanya, Suècia i França (on són presents a través de la coalició Union pour la Démocratie Française), estan aplegats en una Internacional Liberal que presideix (1985) l'italià Giovanni Malagodi i disposen de grup propi al Parlament Europeu, encapçalat per la francesa Simone Veil; fins i tot hom pot parlar, en els darrers anys, d'una revifalla del liberalisme polític i econòmic com a reacció davant la crisi de l'"estat de benestar" i els excessos de burocratització i intervencionisme estatal de les administracions socialistes.

Des del 1975, diverses personalitats (Joaquín Garrigues Walker, Ignacio Camuñas, R.Trias i Fargas, Eduard Punset, Salvador Millet, etc) intentaren de crear grups liberals d'àmbit espanyol o català (Esquerra Democràtica de Catalunya, Lliga Liberal Catalana) que no reeixiren i acabaren absorbits per UCD i Convergència Democràtica de Catalunya respectivament.

Només la desintegració d'UCD féu possibles nous assaigs organitzatius: el Partido Reformista Democrático, presidit per Antonio Garrigues Walker i homologat per la Internacional Liberal i el Partido Liberal que encapçala José Antonio Segurado, amb una modesta presència als Països Catalans.

http://www.xtec.net/~jbuxader/historia/vocabulari/l.htm#Liberalisme

Absolutisme


1. Sistema polític en què el governant o la institució que exerceix les funcions de govern no té limitacions de tipus jurídic.

Bé que no sempre ha adoptat formes monàrquiques, la forma més usual de l'absolutisme ha estat la monàrquica, com la dels segles XVII i XVIII. No hi ha un cos unificat de doctrina de l'absolutisme. Hobbes, el pensador més important d'aquest corrent, basà la seva concepció sobre un individualisme laic i utilitari i una concepció pessimista de la condició humana, que ve a justificar la necessitat d'un ordre polític per submissió. Bossuet fonamentà l'altre corrent important de l'absolutisme en la tradició i en la providència. Amb l'accessió del liberalisme, aquest corrent remarcà l'aspecte de tradició (Joseph de Maistre, Louis de Bonald) i originà el tradicionalisme modern.

L'absolutisme parteix de la creença que aquell qui exerceix el poder exerceix la sobirania total (i hom identifica així rei amb sobirà). De tota manera, el poder reial no fou mai completament absolut perquè, a part les limitacions de fet, les corts o parlaments imposaren unes certes limitacions (en l'aspecte fiscal, especialment).


2. Corrent doctrinal que propugna, defensa i justifica aquest tipus de sistema.


dissabte, de maig 19, 2007

Economía y sociedad. s.XI)X

Con respecto a otros países del occidente europeo, la España del siglo XIX ofrece muestras evidentes de atraso económico. Sin embargo, tal idea no debe conducir a una conceptualización absoluta.
Cualquier explicación sobre la evaluación de la industria española en el siglo XIX que pretenda tener un carácter global, debe plantearse la cuestión tanto desde el lado de la oferta como desde la demanda.
En la España decimonónica una tupida red de carencias, desfases y distorsiones estructurales encenagan los canales de la acumulación interior. Parte de este atraso es atribuible a la persistencia de estructuras anacrónicas en el campo que perfilan un conjunta de baja productividad, aunque no de inmovilismo.
La desamortización, la disolución del régimen señorial y la desvinculación consolidaron las anteriores estructuras de propiedad, y las posteriores dificultades económicas de la nobleza de cuna ocasionaron transferencias de propiedad en el interior de las elites sin mayores cambios sustanciales. La puesta en cultivo de nuevas tierras desembocó más en el aumento de la producción que de la productividad.
El acceso de las burguesías al mercado de tierras se saldo con la extensión generalizada de los comportamientos rentísticos: es decir, los propietarios actúan mas como empresarios de rentas agrarias que como empresarios agrarios. En los latifundios la maximización de las rentas se baso en la mano de obra abundante y barata y la presión sobre los salarios con la subsiguiente demanda interna bajo mínimos y falta de innovaciones técnicas. La propia precariedad de los minifundios reforzó esta tendencia.

Los recursos mineros en los que España era rica (hierro, plomo, cobre, mercurio) entraron en una acelerada explotación en el ultimo cuarto de siglo, pero no trajeron como consecuencia un fenómeno de desarrollo industrial paralelo en estas áreas, con la posible excepción del Pals Vasco.
Su aportación a la industrialización no resultaría, por tanto, significativa en términos directos, aunque al colaborar decisivamente en la balanza comercial permitió la importaci6n de inputs de todo tipo, básicos para el equipamiento de la industria. Tampoco se dio un sustancial tirón de los ferrocarriles sobre la industria pesada como podría haber ocurrido, tema también objeto de debate en la época y la historiografía posterior.
La desvinculación entre la construcción del ferrocarril y la producción siderúrgica interior fue percibida por los industriales del ramo como una autentica tragedia, como la ocasión perdida para el despegue definitivo. El auge ferroviario de 1860-65 culminó en una masiva importaci6n de hierro extranjero, sin embargo la incidencia sobre. la producci6n interior fue escasa. Lo que ha puesto en duda la historiografía posterior es si el nivel tecnológico de la industria siderúrgica de aquella época le hubiera permitido hacer frente al colosal incremento de la demanda ferroviaria.

Por otro lado, el déficit cr6nico de la hacienda publica absorbe recursos que, si bien posibilitan la financiación estatal del tendido ferroviario a través del régimen de subvenciones, consolidan el rentismo de las elites y las capas medias y canalizan inversiones hacia áreas improductivas.

La elite económica madrileña de mediados del siglo XIX -síntesis de la nacional- es una compacta mezcolanza de prestamistas a corto plazo, tenedores de deuda publica y perceptores de rentas agrarias.
Los promotores de empresas son una pequeña minoría, siempre limitados por la escasez de recursos y la ausencia de una red bancaria articulada. Entre 1830 y 1870 las prácticas del banquero madrileño, están asociadas a negocios con el Estado y al esquema antedicho.
En resumen, atraso técnico, escaso excedente y baja productividad, distribución negativa de la renta, extensión del rentismo, deficiencias de la red bancaria y control de recursos básicos por parte del capital extranjero, conforman los frágiles cimientos sobre los que se asienta el edificio industrial, resuelto a través de estructuras artesanales y de empresas familiares en condiciones de autofinanciación al abrigo de un régimen de protección arancelaria hasta las tímidas correcciones de 1869.

Las estadísticas de 1868 señalan que el País Vasco proporcionaba el 26 par 100 del total interior siderúrgico, como preámbulo de un salto cualitativo que tomara cuerpo diez años después, cuando la siderurgia vasca acelere su modemización tecnológica al abrigo de la exportación de mineral de hierro a Gran Bretaña y a la importación de combustible de esta procedencia.
A finales de siglo los altos hornos de la cuenca del Nervión desplazarán en importancia a los asturianos, sentando una preponderancia que no oculta el modesto lugar de la producción siderúrgica española en el contexto europeo, lo que provoca la presión de los fabricantes vascos para conseguir mayor protección arancelaria.

A mediados del Siglo XIX Cataluña era la punta de lanza de la industrialización española. Está en proceso de constitución un tejido industrial que supera los cauces del artesanado tradicional para asentarse en la fuerza de vapor, en la organización del trabajo a partir de la fábrica y en la presencia de una burguesía industrial en la plena acepción del término.
A la altura de 1860 la estructura de la población activa en la provincia de Barcelona refleja a la perfección la extensión de una cultura industrial: la industria ocupa el 41,4 por l00, mientras que la agricultura un 37,5 por 100 y los servicios el 21,1 por 100.

El origen se ha situado en los últimos decenios del siglo XVIII en que cristalizó una larga tradición artesanal y comercial anterior. Independientemente de la importancia que se le conceda al mercado colonial, lo cierto es que Cataluña con centro en el puerto de Barcelona, estaba inscrita en una trama comercial muy desarrollada desde etapas anteriores. Una actividad comercial que supo rentabilizar al máximo las transformaciones agrarias en el siglo XVIII en el terreno de la vid.

Entre 1800 y 1913 el consumo per capita del textil catalán se duplicó con una etapa de especial aceleración entre 1830 y 1860, y de limitado crecimiento entre 1860 y 1890 Cataluña tuvo una gran capacidad de atracción de industrias textiles antes especialidad de otras regiones. Fue el caso de la industria lanera, que durante la edad moderna había sido patrimonio de Castilla, dada su ventaja como productora de una materia prima de excelente calidad. Sin embargo en el siglo XIX no superó el estadio artesanal, mientras que Cataluña pudo aplicar al sector lanero sin dificultades todo el entramado técnico, comercial y humano de la industria algodonera.

Un caso similar es el de la seda valenciana y murciana, industria tradicional de estas regiones que a mediados del siglo XIX tiende a concentrarse en Barcelona.

La neutralidad española


La Primera Guerra Mundial estalla entre el 28 de julio y el 4 de agosto de 1914.
Un europeo lúcido, Stefan Zweig, recuerda en su autobiografía (Die Welt von Gestern - "El mundo de ayer" -) que la conflagración hizo saltar en pedazos el orden internacional y el sistema de valores que Europa se había concedido.
Abundando en esta dirección, la historiografía de entreguerras sostiene que la Gran Guerra marca una divisoria entre la Europa triunfante del siglo XIX y la que a partir de 1919 se perfila en decadencia.
No hay que esforzarse demasiado para emitir tal diagnóstico. La imparable declaración de hostilidades entre cancillerías y estados mayores avanzado el verano de 1914 es el lógico desenlace de la Paz Armada, postulada por el sistema de alianzas en el juego de los intereses internacionales.
El punto principal del contencioso europeo fue la balanza de poderes. La Triple Alianza, con su centro de gravedad en los Imperios centrales, y la Triple Entente, dispersa geográficamente y rica en recursos, habían demostrado su operatividad histórica durante más de veinte años actuando como eficaz contrapeso en el mantenimiento de esa balanza de poderes que, como meta del orden internacional, había sido empíricamente anhelada por los Estados europeos desde que concluyó la guerra de Sucesión de Carlos II de España.
Pero el cúmulo de tensiones generadas en los diez años previos al del comienzo del conflicto (doble crisis marroquí, rivalidades interbalcánicas, rencillas de las oligarquías de las grandes potencias) degradaron hasta tal punto la virtual capacidad contenedora de desequilibrios que se atribuía al sistema de alianzas que éste mudó su naturaleza originaria y se transformó en hilo conductor de la belicosidad de los Estados.
Fracasaba así la tentativa europea de formalizar una serie de convenciones - auténticos paliativos a la violencia institucionalizada- que vincularán a los protagonistas del sistema de alianzas. La tentativa se había explayado en dos ediciones, 1899 y 1907, celebradas en La Haya, sede a partir de entonces de un Tribunal Internacional.
En esta dialéctica permanente entre la paz y la guerra, esta última se impuso entre 1914 y 1918; la historiografía reciente (Pierre Renouvin, Luigi Albertini, Fritz Fischer, James Joll) ha puesto de relieve, más allá de la obsesiva cuestión de la culpabilidad de los alemanes, tanto el carácter fatal del conflicto como su calidad revolucionaria.
Con la Gran Guerra, en efecto, las viejas unidades imperiales daban paso a un conjunto de nacionalidades apoyadas en el principio del derecho de los pueblos a su autodeterminación: la revolución bolchevique y el despertar del actual Tercer Mundo introducían factores nuevos de peso, compactamente capitalistas, en las relaciones internacionales eurocéntricas, en aquel entonces predominantes.
Al historiador de hoy, por tanto, la Primera Guerra Mundial se le presenta como un fenómeno radical; los mecanismos de comunicación diplomática, financiera e intelectual de la Europa del siglo XIX se estrellan en ella y surgen a cambio unas relaciones de poder diferentes, que se perfilarán claramente con la bipolaridad internacional establecida en 1945.
En los coloquios organizados por la Escuela Francesa de Roma y el Centro de Estudios de Política Exterior y Opinión Pública de la Universidad de Milán (febrero de 1980 y 1981) se volvió a reiterar que la ruptura con el pasado y el inicio de la crisis del siglo XX, al menos hasta la fijación del aludido sistema bipolar, datan del verano de 1914.

El complejo período de entreguerras sería, en consecuencia, secuela histórica de la Gran Guerra. Ganada ésta por el bloque de países con sistema político demoliberal (Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, que se incorporará más tarde a la lucha), los vencedores se erigen en árbitros del nuevo orden internacional que se registra en el Tratado de Versalles y el Estatuto de la Sociedad de Naciones. Continuidad, pues, de la crisis abierta por la Gran Guerra en la historia de Europa hasta 1945 y razón suficiente para hablar de una ruptura difícilmente cuestionable.

La Institución Libre de Enseñanza

La Institución Libre de Enseñanza nace en 1876 como consecuencia de llamada II Cuestión Universitaria.
Lo que allí se pone en juego es la libertad de cátedra y la inviolabilidad de la conciencia científica, seriamente comprometidas; según aquellos hombres, por el hecho de firmar adhesiones a la forma monárquica de gobierno, a la religión católica o a las llamadas reglas de la sana moral o al atenerse obligatoriamente a programas y libros de texto. Al no aceptar tales exigencias, aquellos hombres fueron expedientados, desterrados y suspendidos de sus cátedras.
Esta es la primera dimensión de su ideario: La defensa a ultranza de la libertad de enseñanza. Para desenvolver esa libertad en toda la amplitud e intensidad que la atribuían, hubieron de salir de la estructura educativa oficial por un pequeño portillo que les iba a dejar la Constitución de 1876 en un párrafo de su art. 12: Todo español podrá fundar y sostener establecimientos de instrucción o de educación con arreglo a las leyes.
De acuerdo con ello, constituyeron esa Sociedad, cuyo objeto fue la fundación en Madrid de la Institución Libre de Enseñanza. Se sustraían así, como escribieron luego, a la esfera de acción del Estado dando un primer paso hacia la independencia de la investigación científica y de la función del profesor. Y su libertad de enseñanza, conviene subrayarlo para distanciarla semánticamente de otras libertades de enseñanza, hundía sus raíces en el más puro y coherente liberalismo, es decir, se situaba en la sociedad civil sin conexión alguna con el Estado.
Ello se pone de manifiesto en dos extremos claves: 1) Nunca pidieron ni aceptaron subvención oficial alguna, y 2) Jamás solicitaron ni desearon homologación o convalidación de sus estudios. Rechazaban la subvención y el apoyo oficial precisamente para proteger la libertad, que se les antojaba amenazada de algún modo por el hecho simple de la dependencia económica.
En cuanto a la homologación de estudios no les interesó nunca porque su proyecto educativo jamás fue, como veremos, pragmático, utilitario: más bien, tendieron a hacerlo inútil, en una cierta acepción del término.

España siglo XX : Guerra y represion

En todas las guerras se cometen actos contrarios al “derecho de gentes” y la guerra civil española no fue una excepción. Este asunto, que todavía hoy levanta polémicas, ha merecido numerosos análisis históricos cuyas conclusiones coinciden en las cuestiones de fondo

Es innegable que en ambas zonas – la republicana y la controlada por los sublevados – la represión - en forma de paseos, sacas,… - fue una práctica generalizada. Sin embargo, sus causas, alcance y significado difieren notablemente de un bando a otro. Debe quedar claro, desde el principio, que el intento de explicar estas diferencias no debe ser confundido con el de la justificación.


LA REPRESIÓN EN LA ZONA REPUBLICANA


Tras la sublevación militar, la zona republicana, a excepción de Euzkadi , se sumergió en un caos revolucionario y por todas partes surgieron nuevos organismos que detentaron el poder real durante los primeros meses de la guerra.

Los primeros asesinatos en esta zona se produjeron en Barcelona y Madrid, donde la masa incontrolable se adueño de las calles. En ambas ciudades las fuerzas de seguridad leales a la República intentaron evitar las matanzas, pero fueron desbordados por la multitud armada. Especialmente brutal fue la represión en la Ciudad Condal donde la CNT y la FAI tomaron parte muy activa. La propia Generalitat se diluyó en el caos y el presidente Companys tuvo que pactar con los dirigentes anarcosindicalistas para poder conservar, al menos sobre el papel, el poder. El paseo alcanzó a políticos de derecha, caciques, terratenientes, empresarios, burgueses y, especialmente, a los sacerdotes

. Pero tal vez, las prácticas más aterradoras fueron las llamadas sacas de las cárceles que culminaron con lo sucedido en Madrid durante el mes de Noviembre de 1936. Ante el temor de la caída de Madrid, se decide trasladar a Valencia a los miles de detenidos que permanecían encerrados en las cárceles madrileñas. Pero este traslado se convierte en una orden de ejecución. La primera saca se produce el 7 de noviembre: el convoy se desvía a Paracuellos de Jarama donde se consuman las matanzas; tal y como indican las actas, la Junta de Defensa de Madrid tiene conocimiento oficial de estos hechos el día 11 y determina delegar en el consejero de Orden Público (Santiago Carrillo) la misión de garantizar la seguridad de los detenidos. Sin embargo, los fusilamientos siguieron produciéndose hasta el nombramiento del anarquista Melchor Rodríguez (4 de diciembre) como delegado especial de prisiones. Aunque este acontecimiento resulta todavía hoy históricamente confuso, no cabe duda de la responsabilidad en él de los aparatos policiales, cuyos dirigentes, mayoritariamente comunistas, estaban muy influenciados por asesores soviéticos.

Numerosos republicanos y dirigentes obreros y sindicales [4] condenaron este terror indiscriminado desde el primer momento y sólo la desintegración del propio Estado impidió a las autoridades tomar medidas más efectivas. Pero a medida que el gobierno retomaba el control, la represión indiscriminada fue desapareciendo y se hizo todo lo posible para proteger a las víctimas

Aunque estos esfuerzos por recomponer el Estado de Derecho fueron tempranos, no fue sino hasta la primavera de 1937 cuando realmente cristalizaron. Ya en agosto de 1936 se intentan detener las matanzas con la creación del primer “Tribunal Especial” (los conocidos como tribunales populares); en octubre del mismo año nacen los “Jurados de Urgencia”, los de “Guardia” y los de “Seguridad”. En Valencia no fue posible disolver el “Comité de Salud Pública” y detener los abusos que cometían los integrantes de la Columna de Hierro hasta finales de 1936. Y ya se ha mencionado la decidida actuación de Melchor Rodríguez para evitar las sacas.

Con la llegada de Negrín al gobierno (mayo de 1937), el estado se afianza definitivamente y con ello se asegura un relativo orden y paz en la retaguardia y se consigue garantizar los derechos de defensa. Pero el avance de los fascistas propicia una creciente militarización de la justicia y del aparato policial. Cuando el gobierno central se traslada a Cataluña (noviembre de 1937), el auge de sabotajes por parte de los quintacolumnistas es de tal magnitud que la policía “política” (SIM , controlada por los comunistas, obtiene nuevas competencias para luchar contra dichas acciones y la represión se extendió no sólo contra los fascistas sino también contra la disidencia interna. Sirva de muestra el proceso contra el POUM y la “desaparición” de su presidente, Andreu Nin.

A pesar de estos excesos, la reconstrucción del Estado permitió que, desde mediados de 1937, la mayoría de los detenidos pasaran a disposición judicial con todas las garantías procesales y que el cumplimiento de las sentencias de muerte requiriese el visto bueno del Consejo de Ministros. Sólo hacia el final de la guerra, en una situación de desbandada y descontrol total, se volvieron a producir algunos asesinatos.

LA REPRESION FASCISTA

A diferencia de lo sucedido en la zona republicana, la represión formó parte, desde el primer momento, de la estrategia diseñada por los sublevados para alcanzar el poder y se centraría fundamentalmente en cargos políticos republicanos, militares leales a la República, intelectuales, dirigentes políticos, sindicales y líderes obreros y de las casas del pueblo de las localidades que ocupaban o que dominaban desde un primer momento.

En las zonas proclives a la rebelión y rápidamente dominadas por los sublevados, se instauró un régimen de terror indiscriminado para evitar que el enemigo pudiera organizar la resistencia. Buena prueba de ello fue lo sucedido en Navarra, Mallorca, Soria, La Rioja … sólo en esta última se produjeron más de 2000 asesinatos.

En estas zonas, la Falange asume, con el beneplácito militar, la responsabilidad de llevar a la práctica las consignas fascistas. Mientras, Queipo de Llano y Franco organizan la limpieza de la retaguardia según avanzan sus fuerzas. Se producen sacas con el consentimiento del mando militar, y hubo fusilamientos en las cunetas, en las tapias de los cementerios y en el extrarradio de los centros urbanos. Se llegó incluso a la quema de cadáveres para evitar el peligro de epidemias.

Conforme la sublevación derivaba en una guerra y las zonas ocupadas se constituían en un nuevo Estado, la represión fue institucionalizándose. La depuración política y la censura alcanzaron todos los niveles y se extendieron a todas las actividades, tanto públicas como privadas. Se pretendió enmascarar esta situación con la emisión de diversos decretos y disposiciones legales, que culminaron con la publicación el 9 de febrero de 1939 de la ley de “Responsabilidades Políticas”. Ley, que ya en su artículo primero violaba uno de los principio irrenunciables del Derecho al sancionar “retroactivamente”:

«Se declara la responsabilidad política de las personas, tanto jurídicas como físicas, que desde el 1 de octubre de 1934 y antes de julio de 1936 contribuyeron a crear o agravar la subversión …»

Amparados en estas disposiciones, los consejos de guerra dictaron, en ausencia de cualquier garantía procesal, numerosas sentencias de muerte tomando el relevo a los falangistas y los fusilamientos por rebelión militar se sucederían a lo largo de toda la guerra. Esto no impidió que continuaran los paseos hasta mucho después de acabar la guerra, si bien a una escala muchísimo menor que durante los primeros meses del conflicto. El máximo apogeo se alcanzó con el nombramiento en octubre de 1937 de Severiano Martinez Anido como jefe de Seguridad Interior para la retaguardia.

Para completar el cuadro, los sublevados extendieron la represión al frente, principalmente con el bombardeo de la aviación sobre objetivos civiles, como Guernica o Granollers. Una vez finalizada la guerra, el proceso de “normalización” continuó desarrollándose. A partir de las denuncias efectuadas por cualquier vecino o de las pesquisas realizadas por los servicios de investigación de la Falange, la Guardia Civil o la propia Falange procedían a la detención del sospechoso. El detenido, si sobrevivía al interrogatorio, comenzaba un rosario de instrucciones sumariales para finalizar delante de un consejo de guerra, normalmente masivo, donde el defensor – militar – poco o nada podía hacer salvo pedir clemencia. Si le declaraban culpable y era condenado a muerte, el reo era trasladado a la cárcel donde, de madrugada, se efectuaban las sacas. Igual suerte corrieron muchos de los que, confiados por la propaganda fascista volvieron de Francia tras la finalización de la guerra. Militares leales a la República y dirigentes de los partidos políticos y sindicales fueron los principales objetivos durante la posguerra.

En definitiva …, la represión se consolida, bajo cobertura legal, como instrumento político para asegurar y defender el nuevo Estado, siendo las propias autoridades las que inician y extienden el terror por toda España como medio para alcanzar sus objetivos políticos.



dimecres, de maig 16, 2007

per repasar....

http://www.sbhac.net/Republica/Introduccion/Antecede/Antecede.htm

Expediente Picasso:

En julio de 1921 las tropas españolas sufrieron una desastrosa derrota en Annual, en Marruecos frente a los rifeños dirigidos por Abd-el -Krim, muriendo más de 12.000 soldados y cayeron prisioneros otros 4.000.

La campaña había sido imprudentemente dirigida por el general Silvestre que se suicidó. Abd- el Krim, victorioso, estuvo a punto de tomar Melilla y proclamó el emirato del Rif.

En la península, donde la campaña marroquí era impopular, se desató un diluvio de criticas, la oposición socialista exigia responsabilidades politicas.

El gobierno cayó. Se nombró una Comisión de Responsabilidades, presidida por el general Juan Picasso, para elaborar un expediente sobre lo sucedido.

El ejército se oponía porque temía las responsabilidades militares, que llegaban hasta el rey Alfonso XIII.

El Expediente Picasso acusaba de negligencia a varias decenas de mandos militares y al propio general Berenguer.

Las responsablidades politicas suscitaron agrios debates en las Cortes pero el informe de la comisión parlamentaria no llegó a ser conocido porque el golpe de Primo de Rivera lo impidió.


http://www.selectividad.tv/S_H_2_1_4_S_sufragio_universal_expediente_picasso_ceda_psoe.html

http://www.sbhac.net/Republica/Introduccion/Antecede/Picasso.htm

repas de selectivitat

http://www.selectividad.tv/historia.php

divendres, de maig 11, 2007

Sobre Alfonso XIII , escribio Haro Tecglen

16 de Octubre de 2005
Prólogo para Alfonso XIII: un enemigo del pueblo, de Pedro L. Angosto

Alfonso XIII fue un mal rey. Nació y reinó una época difícil para España, y él fue una dificultad añadida, a cuya torpeza hay que agradecer que, en fin, desapareciera la Monarquía y llegara la República, aunque su dinastía no dejó nunca de esperar la restauración que al final le llegó. Lo que se llama en 1898 “El Desastre”, la pérdida de las últimas “perlas de la corona”, Filipinas y Cuba, le alcanzó siendo un Rey Niño junto a su madre, Maria Cristina, en cuyo regazo presidía consejos de ministros a los tres años de edad, vio venir el final de su reinado y de la vieja España; todo lo que quiso hacer para impedirlo se le convirtió en trampa, como quien se agita en un pantano, y apresuró su hundimiento.

El Desastre produjo numerosos bienes al país: el regreso de los soldados hambrientos, enfermos y mal tratados por sus jefes, rehizo un poco el campo que habían abandonado por el servicio militar; como ese campo se rehicieron ideas de los que siempre habían sido aniquiladas, como las que trascendían de Francia desde principios de siglo. Como Iba a ocurrir en los años sesenta del siglo XX, cuando las grandes potencias europeas se desprendieron o perdieron simplemente su imperio colonial, la nación comenzó a recuperar el aliento que venía perdiendo desde otro peor rey, Felipe II, porque los imperios solo trajeron riqueza a los grandes, aristócratas o empresarios favoritos, y los gastos los pagó el pueblo con impuestos y sangre. Podríamos considerar que el último imperio español fue el de Franco; un imperio con los limites de su propia patria, traído por los mismos.

Aún Alfonso XIII fue llamado “el Africano” por esa guerra de sustitución que fue la de África, donde los generales volvieron a ganar medallas. África: un nombre pomposo para una sola y pequeña franja en territorio rifeño que trataba, por voluntad inglesa y de otros países europeos, de evitar que Francia tuviera una posición privilegiada en el Estrecho que pudiera oscurecer la de Gran Bretaña: los enormes cañones protegidos por la roca del monte apuntaban hacia todo barco, hacia toda tropa, que quisiera atravesar o transitar. Otra vez España volvió a sufrir los gastos de sangre y de dinero de la guerra estúpida, incomprensible; y Alfonso XIII el África, el mal rey, tuvo que llamar en su auxilio al Ejército. La dictadura de Primo de Rivera se recuerda aún como uno de los períodos de malestar y dominio en España de un solo hombre, pintoresco y duro, que después de marchar al exilio dejó una herencia al país: su hijo José Antonio, que quiso remedar la dictadura del padre y murió en el empeño, pero no sin dejar el encargo al general africano Franco.

Pero estoy entrando ya en el terreno de Pedro L. Angosto en este libro; importante porque está lleno de verdades bien investigadas, bien probadas. Tiene sed de archivos y de viejos periódicos y de ellos han salido ya obras importantes y con documentación poco rebatible, aun que serán sin duda rebatidos en un tiempo donde la mentira es el último imperio de las viejas fieras. De los dolores del pueblo cuyo enemigo fue Alfonso XIII salió la II República; de ella, la guerra civil lanzada por la vieja España que parecía perdida con Alfonso XIII; en estas páginas están sus antecedes reales, o mejor dicho regios. Monárquicos. Pedro Luis no es solo revelador de historias perdidas en la masa de lo que llamamos información, aclarador con sus investigaciones de temas ocultos, sino también un excelente escritor y periodista, y de ello ha dado ya pruebas importantes en sus libros anteriores. Sufre, como todo el que aclara la maraña negra del pasado –que está todavía presente, y mucho, en la vida de hoy— de marginaciones, o de alejamientos; saldrá adelante de ellos, y ojalá este libro le sirva para ello, si es que no cae en la indiferencia que es también una de las armas de los otros, de aquellos entre los que no estamos ni el ni yo. Escrito con claridad, adjetivado sin precaución, hecha la historia sin miedo; este libro sobre el pasado es un libro sobre nuestros propios días. Nada empieza nunca en la historia; todo es una continuidad, reformada o empeorada, pero la misma línea aparece en la vida relatada y en la vida contemporánea. Pedro Luis ha tomado de los periódicos de la época, especialmente del “El Socialista”, su base de información y de comprobación, y crea por si mismo la ilación de los acontecimientos: hasta nuestra guerra civil.

Es in libro recomendable en todos sus aspectos, y es un autor que va a suponer un hito importante en la historia difícil, áspera y traidora de España.

dijous, de maig 03, 2007

1989: el mur de Berlín


1982 - 1996 resultados electorales

http://www.indexnet.santillana.es/rcs/_archivos/Recursos/geografiahistoria/his10.pdf

la Constitució de 1978. text en català

http://www.constitucion.es/constitucion/lenguas/catalan.html

La españa democratica ( PDF de 16 pagines.)

http://www.sabuco.com/historia/Transicion2006.pdf

Els anys de govern socialista 1982 - 1996

http://www.grec.net/cgibin/heccl2.pgm?&NDCHEC=0229986

Els anys de govern socialista (1982-1996)
Les eleccions donaren la majoria absoluta al PSOE en les dues cambres legislatives i Felipe González Márquez, secretari general del partit, fou nomenat president del govern.

Una de les primeres mesures del primer govern fou la contenció salarial amb l'objectiu de combatre la inflació, que contribuí decisivament a enfrontar-lo amb el moviment sindical.

La UGT, que en principi havia accedit a no interferir en la política econòmica del govern, inicià un distanciament progressiu del PSOE a partir del 1987, en què govern i patronal coincidiren a confirmar una ostensible recuperació de l'economia.

Des d'aquest any, la conflictivitat social, considerablement intensificada, es palesà en diverses mobilitzacions d'importància, que culminaren en la vaga general del desembre del 1988, que paralitzà pràcticament tot l'estat durant un dia.

D'altra banda, el govern expropià el holding RUMASA (1983) tot argumentant irregularitat de gestió i perill per al manteniment del grup. En un altre pla, al llarg dels anys vuitanta, s'inicià un procés de concentració de la banca espanyola amb la fusió (1987-88) d'alguns grans bancs.

El govern hagué d'afrontar el sentiment colpista d'alguns sectors de les forces armades, mentre el terrorisme d'ETA continuava sacsejant la vida social, malgrat la intensa actuació policíaca i la creixent, encara que cauta, col·laboració de les autoritats franceses en la lluita antiterrorista, iniciada el 1986 amb l'extradició d'alguns refugiats bascs.

Pel juny del 1987, amb l'explosió d'una bomba en un hipermercat de Barcelona que causà més de vint morts, ETA perpetrava l'atemptat més greu de la seva història. Aquest mateix any, el govern reconegué l'existència de contactes amb l'organització terrorista.

Paral·lelament a la continuació dels atemptats etarres, el 1983 aparegueren uns Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) que atemptaven mortalment contra refugiats bascs a l'estat francès o contra presumptes membres d'ETA


continua....

ECONOMIA I SOCIETAT al segle XX

http://www.xtec.cat/~jbuxader/historia/temes/escat/economiaXX.htm

Tots els canvis en les estructures demogràfiques, econòmiques i socials iniciats al segle XIX, van completar-se i consolidar-se durant el segle XX. Durant el segle XIX, les transformacions havien estat lentes i s'havien fet amb moltes dificultats, i només en algunes zones localitzades (Catalunya i el País Basc, sobretot) es va produir un veritable fenomen d'industrialització moderna i d'implantació d'un teixit social abocat al sector secundari. En començar el segle XX, Espanya era encara una societat predominantment agrària i amb un notable endarreriment econòmic respecte els altres països de l'Europa industrialitzada.
Durant l'últim terç del segle XIX i el primer del XX, va començar una transformació, lenta, però ferma, de la base econòmica i social, lligada a les innovacions de la Segona Revolució Industrial a nivell mundial. Aquestes innovacions van seguir trobant dificultats durant força anys, per culpa de la inestabilitat política, les tensions socials creixents, la manca de recursos, la falta de competitivitat en el mercat exterior, l'excessiu intervencionisme estatal, etc. Tot plegat va fer que l'Estat espanyol no donés l'empenta definitiva fins a la dècada dels anys seixanta, moment en què es consolida la societat industrialitzada. Des de llavors, Espanya deixa de ser un país agrari per passar a ser un país industrial.
La indústria del segle XX presenta importants canvis: els sectors industrials tradicionals (tèxtil i siderúrgia, per exemple) entren en crisi i es consoliden i s'expandeixen nous sectors, com el químic, la producció d'energia elèctrica, la indústria petroliera o la indústria de l'automòbil, i, més recentment, noves indústries, com l'electrònica o la informàtica, totes elles lligades als constants avenços cientificotècnics del segle.
Amb la consolidació de l'economia capitalista, assistim a una profunda transformació socioeconòmica: el sector agrari es mecanitza i el camp es va buidant, paral.lelament a l'augment constant de les activitats secundàries i terciàries, ubicades sobretot a ciutat, que s'omplen i creixen, no sempre ordenadament i sovint amb molts problemes.Catalunya, el País Basc i Madrid lideraran aquest procés.
La nova societat resultant d'aquestes transformacions econòmiques, la societat industrial del segle XX, presenta encara molts desequilibris i desigualtats i forts contrastos entre el món rural i l'urbà.
Aquest desenvolupament econòmic va estar molt supeditat tant a la conjuntura econòmica internacional, com a la pròpia evolució política de l'Estat, cosa que explica la seva irregularitat, alternant períodes de creixement amb d'altres de recessió.En línies generals, l'evolució econòmica espanyola presenta aquestes fases: creixement durant els anys de la Primera Guerra Mundial, fort però molt curt; expansió durant bona part dels anys vint, aprofitant de nou la bona conjuntura internacional; recessió a partir de la crisi de 1929; fre a qualsevol possibilitat de creixement durant la guerra civil i la llarguíssima postguerra; espectacular creixement durant els anys seixanta, interromput per la crisi iniciada el 1973; i, a partir de mitjan anys vuitanta, una economia amb daltibaixos, en el nou marc de la Unió Europea i dins el nou context de l'economia global dels nostres dies.
http://es.wikipedia.org/wiki/Transici%C3%B3n_espa%C3%B1ola

Transición Española, se entiende como el proceso por el que España dejó atrás el régimen dictatorial del General Francisco Franco, transformándose en un Estado social, democrático y de derecho.
Muchos la sitúan entre dos fechas claves, el 20 de noviembre de 1975 cuando fallece el dictador Francisco Franco, y el 28 de octubre de 1982, año en que coincide que deja de gobernar la UCD, partido que promovió el cambio de forma de gobierno y la redacción de la constitución, en la que participó con tres de los siete ponentes, con la primera victoria electoral general del Partido Socialista Obrero Español, por primera vez un partido considerado de izquierdas o progresista conseguía una victoria por mayoría absoluta, tras la anterior victoria por mayoría simple del Frente Popular en las elecciones generales de 1936. Otros lo reducen al situarlo entre la proclamación de Juan Carlos I de Borbón como Rey de España, ante las Cortes el día 22 de noviembre de 1975 y la entrada en vigor de la Constitución, el 29 de diciembre de 1978.
Los puntos más importantes de este proceso fueron los siguientes:
El 20 de noviembre de 1975, el denominado entonces y hoy desaparecido Consejo de Regencia, asumió las funciones de la Jefatura del Estado, hasta el 22 de noviembre, fecha en la que es proclamado Rey ante las Cortes y el Consejo del Reino, Juan Carlos I de Borbón.
El Rey confirmó en su puesto al Presidente del Gobierno del régimen franquista, Arias Navarro, pero la imposibilidad de que ese Presidente estuviera al mando de un proceso de cambio se manifiesta cuando presenta su dimisión al Rey, el día 1 de julio de 1976.
Es nombrado Presidente del Gobierno Adolfo Suárez, encargado de entablar las conversaciones con los principales líderes de los diferentes partidos políticos y fuerzas sociales.
El 15 de diciembre de 1976, se celebró el Referéndum para la Reforma Política. Como consecuencia de su aprobación por el pueblo español, esta ley se promulga el 4 de enero de 1977. Esta norma contenía la derogación tácita del sistema político franquista, en solo cinco artículos.
La aprobación de esta norma, abre paso a la celebración de las primeras elecciones democráticas, el 15 de junio de 1977. Unión de Centro Demócrático es el partido más votado aunque no alcanza la mayoría absoluta y es el partido encargado de formar gobierno. A partir de ese momento comienza el proceso de redacción de la Constitución.
El 6 de diciembre de 1978 se aprueba en referéndum la Constitución Española, que entre en vigor el 29 de diciembre.
Al inicio de 1981 dimite Adolfo Suárez. Durante la celebración de la votación en el Congreso de los Diputados para elegir como sucesor a Leopoldo Calvo Sotelo se produce el golpe de Estado dirigido por Antonio Tejero, Alfonso Armada y Jaime Milans del Bosch, entre otros. El golpe fracasa gracias a la actuación del rey Juan Carlos I, que salva el régimen constitucional y democrático vigente. Este es uno de los hechos que más han legitimizado a la Monarquía española.
La Unión de Centro Democrático, partido del gobierno, se desintegra a lo largo de 1981 y 1982.
El Partido Socialista Obrero Español obtiene la mayoría absoluta en las elecciones de octubre de 1982 con 202 diputados al Congreso de un total de 350 escaños.

TRANSICIÓ I DEMOCRÀCIA (1975-1996)

http://www.xtec.cat/~jbuxader/historia/temes/escat/transicio.htm

A partir de la mort de Franco assistim a un ràpid procés de transició política: en molt poc temps es va desmantellar la dictadura franquista i es va instaurar un règim democràtic. El canvi es va fer des de la legalitat franquista, raó per la qual el procés fou pacífic.
Tal com havia previst el mateix Franco, el seu successor va ser Joan Carles de Borbó, nomenat rei el 22 de novembre de 1975. El dubte en aquells moments era si el nou rei ho seria del règim dictatorial que Franco havia deixat "atado y bien atado", o bé si ho seria d'un nou règim democràtic. Sortosament, Joan Carles va apostar per la via reformista. El primer pas de la transició estava fet.
El primer govern de la monarquia de Joan Carles I, però, va ser continuïsta. Arias Navarro, el darrer cap de govern franquista, va ser confirmat en el càrrec pel rei, però el seu govern es va mostrar incapaç de dur a terme cap mena de democratització.
No serà fins al govern de Suárez, a partir de juliol de 1976, quan es va produir el desmantellament legal del franquisme i es van sentar les bases jurídiques de la transició cap a la democràcia. La reforma política va ser possible després d'un procés complex, ple de negociacions amb les "famílies" franquistes. La legalització de l'oposició fou un pas bàsic per a l'establiment d'un sistema democràtic.
El 15 de juny de 1977 es van celebrar les primeres eleccions democràtiques des de la Segona República. Les Corts sorgides de les eleccions van ser les encarregades d'elaborar una nova Constitució, finalment aprovada el 1978.
La consolidació de la democràcia, però, no va ser gens fàcil. La crisi econòmica, les accions terroristes, d'ETA sobretot, juntament amb els intents colpistes de l'extrema dreta, la van posar en perill diverses vegades.
Després de l'intent de cop d'estat de 1981, la democràcia es va consolidar a Espanya amb l'arribada al poder, després de les eleccions d'octubre de 1982, del PSOE, liderat per Felipe González. L'etapa de governs socialistes va durar des de 1982 fins a 1996. El canvi socialista es va plantejar com un projecte de liquidació definitiva del franquisme i de modernització de la societat. Això es va concretar en un complet programa de reformes econòmiques i polítiques, amb un triple objectiu: sortir de la crisi econòmica, incorporar el país al context europeu i internacional i consolidar definitivament la democràcia a Espanya.
El problema de la persistència del terrorisme d'ETA i la lluita bruta antiterrorista instigada des del mateix govern, juntament amb el descobriment de diversos casos de corrupció, va precipitar la fi de l'etapa socialista i l'ascens al poder de la dreta conservadora, liderada per José María Aznar.

25 ANYS DEL 23-F

http://www.telenoticies.cat/especials/Franquisme_Transicio/25anys23F.htm

L'intent de cop d'estat del 23 de febrer de 1981 encarna el malestar que hi havia en el si de la societat espanyola arran de diversos esdeveniments que es van viure durant la transició: la crisi econòmica, les dificultats per articular una nova organització territorial de l'Estat, les accions terroristes d'ETA i les reticències de gran part de l'exèrcit a acceptar el sistema democràtic. No es tractava del primer intent de cop d'estat a Espanya. El novembre de 1978 es desarticulava l'Operació Galàxia, un altre intent colpista, en què el seu principal responsable, precisament Antonio Tejero, només serà condemnat a set mesos de presó i farà augmentar encara més la creixent voluntat colpista dins l'exèrcit.
Paral·lelament, la creixent debilitat d'Adolfo Suárez en el si del partit i la presentació de la seva dimissió com a president del govern i de la UCD el 29 de gener de 1981 precipiten els esdeveniments. Enmig d'aquest clima es posa en marxa el procés per substituir Suárez. El 10 de febrer de 1981 nomenen Leopoldo Calvo Sotelo com a candidat a president del govern. Però la tensió a l'Estat augmenta, especialment amb la mort a Carabanchel del militant etarra José Ignacio Arregui a mans de la Direcció General de Seguretat. Una mort que va provocar una vaga general al País Basc i un fort debat entre els parlamentaris al Congrés. El govern va decidir aleshores destituir diversos caps policials, mentre que dins del mateix govern hi va haver diverses dimissions en solidaritat amb els torturadors. El 18, Calvo Sotelo presenta el seu govern però la votació del dia 20 no obté la majoria necessària per investir-lo. Per tant, s'havia d'escollir un nou dia i es tria el 23 de febrer.
Diverses trames colpistes conflueixen en el 23-F. Aquell dilluns es votava al Congrés dels Diputats la investidura del nou president Leopoldo Calvo Sotelo en substitució d'Adolfo Suárez. Cap a dos quarts de set del vespre un grup de 200 guàrdies civils van irrompre violentament al Congrés amb metralladores i sota les ordres del tinent coronel Antonio Tejero, qui va ordenar a tot l'hemicicle que s'estigués quiet i que esperés l'autoritat competent, afegint que era un militar, a qui després anomenaran l'"Elefant Blanc". Davant d'aquesta situació, el ministre de Defensa en funcions, el general Gutiérrez Mellado, va ordenar als militars desarmar-se però aquests el van agredir i poc després van disparar al sostre de la cambra, una imatge que va ser recollida per un operador de televisió i que, posteriorment, s'ha difós arreu. Per la seva part, l'encara president del govern va exigir parlar amb els responsables dels colpistes, invocant la seva autoritat.
Una autoritat que li va ser negada. Immediatament, Tejero va fer callar Adolfo Suárez i va ordenar l'aïllament del mateix president del govern en funcions, així com del líder de l'oposició, Felipe González; el segon de la llista del PSOE, Alfonso Guerra, i el líder del Partit Comunista, Santiago Carrillo. També van separar de la resta de diputats Gutiérrez Mellado, aleshores vicepresident i ministre de Defensa, i el portaveu de la UCD, Agustín Rodríguez Sahagún, i ministre de Defensa sota la supervisió de Gutiérrez Mellado. Manuel Fraga no va arribar a abandonar l'hemicicle tot i que el van convidar a fer-ho. Una hora després de l'assalt van treure de la cambra els portaveus dels diferents partits al Congrés de l'hemicicle un a un. Amb els diputats segrestats hi havia el buit necessari per instaurar un nou poder polític.
Poc després que Tejero irrompés al Congrés, el capità general de la III Regió Militar, Jaime Milans del Bosch, es va revoltar a València. Va treure els tancs al carrer i va declarar l'estat d'excepció. A més, va intentar convèncer altres militars per secundar l'acció. Un altre general colpista, Torres Rojas, però, fracassava en el seu intent de suplantar la Divisió Brunete al general Juste i frustrava així la pretensió d'ocupar punts estratègics a Madrid com la seu de Ràdio i Televisió Espanyola.
A les nou del vespre, el Ministeri de l'Interior emetia un comunicat en què informava que s'havia constituït un govern provisional amb els subsecretaris de les diferents instàncies ministerials, sota les instruccions del rei, per assegurar la governació de l'Estat i en contacte amb la junta de caps de l'estat major.
El cop va anar perdent força durant la nit, especialment, en no rebre el suport del rei. A Catalunya, el president de la Generalitat, Jordi Pujol, feia una crida a la tranquil·litat poc abans de les deu del vespre a través de les emissores de Ràdio Nacional i Ràdio Exterior. Va ser una de les poques autoritats a pronunciar-se davant l'agressió armada contra l'ordre constitucional, atès el buit de poder.
Les negociacions al voltant del Congrés també se succeïen. A la una de la matinada hi va haver una trobada entre el govern d'urgència i el general Alfonso Armada, qui es va presentar al Congrés per frenar el cop de Tejero i per assumir el paper de cap del govern sota les ordres del rei, però es va trobar amb una reacció que no s'esperava: el rebuig del coronel colpista.
Paral·lelament, el rei, vestit de militar, va intervenir a la televisió, per rebutjar el cop, desautoritzar Milans del Bosch i defensar la Constitució espanyola. Després d'assegurar-se la fidelitat de la majoria dels militars, Joan Carles acatava així l'ordre constitucional vigent.
A les cinc de la matinada, Milans del Bosch abandonaria la seva temptativa, mentre que Tejero va resistir fins al migdia del dia 24, quan, després de fracassar el cop, es va entregar a les autoritats. Aquell matí, anirien alliberant els diputats.
Ara, 25 anys després de l'intent de cop d'estat encara són molts els interrogants que planen sobre aquell esdeveniment que va durar més de 18 hores i que es coneix com la nit més llarga de la democràcia i també, com la dels transistors. I és que gràcies a la transmissió radiofònica, es van poder sentir en directe els crits i els trets a l'interior de l'hemicicle. Així, mentre els mitjans de comunicació llançaven edicions i butlletins especials, al carrer hi havia una tranquil·litat tensa per la por del que passaria. Amb tot, el cop fracassarà i a partir d'aquell moment es consolida el paper de la monarquia i es debilita el de les forces armades en el si de la societat espanyola.

Prepareu aquestes preguntes de selectivitat (3)

-Expliqueu les característiques generals del carlisme (orígens, trets més rellevants de la seva ideologia i territoris on va tenir més força) i els trets generals de les tres guerres carlines que hi va haver a Espanya des de 1833 fins a 1876.
-Expliqueu les característiques més significatives dels grups polítics següents: carlins, moderats, progressistes, demòcrates, monàrquics democràtics (règim de 1869) i republicans federals.
-Expliqueu les etapes i els esdeveniments més rellevants del procés d’implantació del liberalisme a Espanya des de 1808 fins a 1874. (diverses vegades)
-Definiu què és una constitució i situeu la Constitució espanyola de 1812 en el seu context històric.
-Comenteu l’evolució del sufragi a l’espanya del segle XIX i el concepte de llibertat religiosa.
-Expliqueu a grans trets les etapes en què es divideix el període conegut com a Sexenni Democràtic i destaqueu-ne les qüestions polítiques més rellevants, especialment el federalisme.
-Comenteu els principals punts de discrepància que hi havia entre els partidaris espanyols del socialisme marxista i els partidaris de l’anarquisme de Bakunin.
-Expliqueu els trets fonamentals i l’evolució del moviment obrer espanyol durant la Restauració i identifiqueu els seus partits i sindicats principals. (diverses vegades)
-Descriviu les condicions laborals dels treballadors i de les treballadores de la indústria al segle XIX i indiqueu els trets bàsics de l’evolució de la condició femenina a Espanya al llarg d’aquest mateix segle.
-Valoreu, d’acord amb la informació que us proporciona el gràfic (on es veu una aclaparadora importació de cotó per part de Catalunya respecte al global d’Espanya),el pes de la indústria tèxtil catalana dins el conjunt d’Espanya en aquest període (1850 - 1900).
-Exposeu breument el naixement i el desenvolupament de la revolució industrial a Catalunya al llarg del segle XIX dins del context espanyol. (diverses vegades)
-Exposeu breument les característiques polítiques i socials del sistema de la Restauració en el període 1874-1898.(diverses vegades)
-Exposeu les característiques de les dues formes d’organització de la indústria tèxtil que hi havia a la Catalunya del segle XIX.
-Expliqueu les conseqüències polítiques i econòmiques que el desastre del 1898 tingué a Espanya.
-Comenteu altres conflictes colonials existents en l’Espanya de la Restauració.
-Exposeu breument el procés de recuperació de la cultura catalana que es va produir durant el segle XIX i l’evolució del catalanisme polític fins al 1914, tot fent referència als fets més destacats i a les personalitats més rellevants. (diverses vegades)
-Expliqueu què és el proteccionisme econòmic i quina importància va tenir per a Catalunya al segle XIX.
-Qui foren i quina aportació feren al nacionalisme català Valentí Almirall, Torras i Bages i Prat de la Riba?
-Expliqueu els fets més destacats del catalanisme polític des de l’aprovació de les Bases de Manresa fins a l’adveniment de la Dictadura de Primo de Rivera.