Su nombre era Fleming, un agricultor pobre de Inglaterra.
Un día, mientras trataba de ganarse la vida para su familia, escucho a alguien pidiendo ayuda desde un pantano cercano.
Inmediatamente soltó sus herramientas y corrió hacia el pantano.
Allí, enterrado hasta la cintura en el lodo negro, estaba un niño aterrorizado, gritando y luchando tratando de liberarse del lodo.
El agricultor Fleming salvo al muchacho de lo que pudo ser una muerte lenta y terrible.Al día siguiente, un carruaje muy pomposo llego hasta los predios del agricultor ingles. Un noble ingles, elegantemente vestido, se bajo del vehículo y se presento a si mismo como el padre del niño que Fleming había salvado.
"Yo quiero recompensarlo," dijo el noble ingles. "Usted salvo la vida de mi hijo."
No, yo no puedo aceptar una recompensa por lo que hice." Respondió el agricultor ingles, rechazando la oferta. En ese momento el propio hijo del agricultor salió a la puerta de la casa de la familia. "¿Es ese su hijo?" Pregunto el noble ingles. "Si," respondió el agricultor lleno de orgullo.
"Le voy a proponer un trato. Déjeme llevarme a su hijo y ofrecerle una buena educación. Si él es parecido a su padre crecerá hasta convertirse en un hombre del cual usted estará muy orgulloso."
El agricultor aceptó.Con el paso del tiempo, el hijo de Fleming el agricultor se graduó de la Escuela de Medicina de St. Mary's Hospital en Londres, y se convirtió en un personaje conocido a través del mundo, el notorio Sir Alexander Fleming, el descubridor de la Penicilina.
Algunos años después, el hijo del noble ingles, cayo enfermo de pulmonía.
¿Qué lo salvo? La Penicilina.
¿El nombre del noble ingles? Randolph Churchill.
¿El nombre de su hijo? Sir Winston Churchill